Empecemos por estar de acuerdo en que todo, absolutamente todo en esta vida,
(quieras o no, te guste o no) gira en torno a las ventas.
Hay personas para quienes su trabajo implica dedicarse 100% a vender
y otras quienes quizás tengan un trabajo que no esté tan relacionado con las ventas
pero para ambos casos te aseguro que en su vida diaria
se encontrarán cara a cara con situaciones que los obliguen a saber negociar.
Como por ejemplo cuando quieres deshacerte de los cachivaches
de tu casa que ya no te sirven ¿Qué haces? Una venta de jardín ¿Cierto?
O cuando deseas cambiar tu coche por uno que ponga celoso a los vecinos
lo más probable es que vendas tu coche actual y de ahí puedas comprarte
el nuevo modelo que tanto quieres.
Eso es a lo que voy, a que en cualquier momento de nuestra vida
la oportunidad de hacer negocios y saber cerrar alguna venta siempre será útil.
El problema es que cuando mentalmente
nos decimos “tengo que vender mi producto o servicio”
a muchos nos da miedo enfrentarnos a un no o peor aún,
al famoso “¿Qué van a pensar de mi?”.
Es por eso que quiero compartir estos tips contigo,
no tanto con el fin de que te conviertas en un vendedor estrella,
si no para que te des cuenta de que vender es un intercambio de energía
entre 2 personas, así como si estuvieras tratando de enamorar a alguien,
salvo que lo que estamos buscando es que se enamoren
de ti y también de tu producto.
¿Estas listo? ¡Entonces comencemos!
En los procesos de venta, el momento de la verdad
se da durante la primera cita o reunión.
Al conocer a nuestro cliente solo tenemos una oportunidad para
crear esa primera impresión que durará una vida entera.
¡Así que aprovéchala!
Aquí descubrirás algunos trucos sobre cómo
vender de forma natural, tener éxito al hacerlo y
sin tener que pasar los 10 años que yo llevo
vendiendo día a día 🙂 ¡Disfruta!
1) No intentes cerrar una venta, abre una relación.
A los vendedores muchas veces les cuesta trabajo esta parte de romper el hielo porque
no saben cómo acercarse a su cliente y se limitan a tratarlo como a un extraño o de forma demasiado formal.
¡Deja de tratar a tus prospectos como si fueran la tatara-abuela enojona que casi no conoces!
Es muchas veces hasta contra-producente usar el famoso “Sr. Rodriguez”, “Sra. Peréz“,
mi recomendacion: Úsalo al principio y luego pide permiso para llamarlos por su primer nombre.
Igual puedes emplear algunas frases desde “¿Qué tal ha estado tu día?”,
“¿Cómo te has sentido?”, “¿Qué tal tu trabajo” hasta “¿Qué te pareció el partido de fútbol del otro día?”.
Se creativo, se te pueden ocurrir un millón de preguntas más
con solo observar a tu cliente y el lugar en el que están.
Recuerda que estás hablando con una persona y no con un robot,
así que sonríele a tu cliente y platiquen como si ya se conocieran desde antes.
Ten muy en cuenta que si abres una relación de amistad
con cada cliente ellos te buscarán cada vez que necesiten algo
y de ese modo no solo lograras cerrar una venta sino varias.
Permite que tu cliente se sienta cómodo contigo,
tanto así que quiera volver a comprarte e incluso recomendarte con sus amigos.
2) Ayuda a tu cliente, no le vendas.
Ok, ya generaste confianza con él o ella, así que felicidades ¡ya casi estás del otro lado! 🙂
Ahora viene lo bueno que es conocer las necesidades de tu cliente.
Pídele que te hable acerca de su mayor dolor o problema, eso te permitirá
darte una idea sobre qué producto o servicio de los que ofreces le puede servir.
Preguntas como “¿Qué es lo que te gustaría que hiciera alguien más por ti?”
“¿En qué área es donde más te sientes atorado (a)?” “¿Qué es lo que más te ha dado resultado y cómo lo podríamos mejorar?”
te permitirán conocer mejor las necesidades de tu prospecto.
3) De principio a fin.
Algo que debes tener en cuenta sobre cualquier estrategia de ventas BUENA es que inicia desde
el primer contacto y que nunca termina. Muchos vendedores se dan por vencidos después
de la primera visita a un cliente al que no le venden y nunca lo vuelven a buscar o visitar.
Y peor aún muchos vendedores dejan de atender al cliente una
vez que se firma el contrato y al hacer eso le estás comunicando al cliente
que lo único que te interesa es venderle y no, realmente, ayudarle.
4) Llama la atención de tu cliente con tu producto.
¡Muy bien! Ya conoces a tu cliente, sus gustos, disgustos y necesidades.
Ahora te toca hablarle acerca de ti y de tu empresa y en especial
sobre el beneficio principal del producto o servicio que le vas a ofrecer.
Punto básico en esta parte: Toda la información debe de ser verídica
y por ningún motivo recurras a la mentira u omitas información. Esas tácticas que engañar al cliente
para que te compre han quedado ya completamente en el pasado.
Segundo: Asegúrate de que tu producto no suene
“demasiado bueno para ser cierto”, la gente toma este tipo
de situaciones con incredulidad y creerá menos en ti al mismo tiempo.
Siempre ten 1 o 2 limitantes de tu producto y
mencionalas antes de que tu cliente las mencione.
5) Beneficios del producto o servicio.
En esta parte deberás hablarle a tu cliente de los beneficios
que recibirá por usar el producto o servicio con frases cortas
y específicas enfocadas a la solución de sus necesidades reales.
Piensa en cómo tu producto se conectará con el estilo de vida del cliente
y en que no simplemente sirva para una función.
Por ejemplo: Si tratas de vender una camioneta a
una persona mayor de alto poder adquisitivo,
podrías mencionar sus características de lujo.
Hazlo diciendo cosas como “Dele un vistazo a ese ajuste de madera,
es simplemente hermoso; además, estos asientos suaves de cuero
son tan cómodos y perfectos para tomar un buen paseo al atardecer”.
Sin embargo, si tratas de vender la misma camioneta a
una familia que tiene tres hijos, tendrás que acentuar sus características más útiles.
Por ejemplo, podrías decir cosas como:
“El tercer asiento le da bastante espacio para llevar amigos,
también se pliega hacia abajo cuando necesita espacio
para transportar las compras del super, y cosas así;
además, ¿mencione que las bolsas de aire laterales y los frenos anti-bloqueo vienen incluidos?”.
6) Ponte en los zapatos del cliente.
En los negocios no se vale utilizar las mismas técnicas de venta con todos los clientes.
Cada persona es única y necesita un trato único. Por eso debes siempre ponerte
en los zapatos de cada uno de tus clientes y adaptarte a cada tipo de personalidad.
¿Tienes delante a un comprador que habla mucho y es entusiasta?
Déjale que termine y muestra la misma emoción que él.
¿Es una persona callada y tímida? Haz que se sienta cómodo contigo
y pregúntale de forma calmada qué necesita.
7) Conoce tu producto.
Si tú mismo no crees ni conoces tu producto, ¿cómo lo va a hacer tu comprador?
Es importantísimo que tú mismo conozcas lo que vendes,
sepas cómo funciona, incluso que lo pruebes para ver sus características.
Así nunca te verás en la embarazosa situación de que,
cuando te hagan preguntas sobre el mismo, no sepas cómo responder.
Además, probando sus características, podrás hallar nuevos usos
del artículo, y otras situaciones ideales para utilizarlo.
Para terminar quiero aclarar que vender un producto no tiene que ser tan complicado
y recuerda que lo que estas haciendo es transmitir el amor
que tienes por tu producto a la otra persona.
Puede que el arte de vender no fluya por tus venas,
pero si practicas poniendo tu entusiasmo y pasión
y lo haces por querer dar una solución,
a tus clientes, entonces cualquier venta ya te saldrá natural.
Cuéntame en los comentarios ¿Qué te parecieron estos tips?
¡Un abrazo! 🙂