Cerrar la venta y hacer que la persona que tienes enfrente te compre de manera inmediata, parece ser una leyenda urbana que nunca ocurrirá, por más que bajes el precio, lances ofertas y te esfuerces en convencer a tu prospecto que tu producto o servicio es la mejor opción.
Muchas veces el problema de los vendedores, radica en que ven el cierre como algo que hay que conseguir convenciendo y a veces hasta presionando al prospecto, y aunque realmente no hay un secreto, lo que sí tengo hoy son 3 tips para inspirar el cierre.
No te confundas, no son consejos para que tú seas el que lo consiga, si no para que tu cliente sea el que inspire a cerrar la venta, diciéndote el tan anhelado “sí me lo llevo”, aún después de haber lanzado objeciones como los clásicos “lo voy a pensar”, “está muy caro” o “necesito preguntarlo antes”.
1.- Cuenta una historia
Tengamos un punto claro, antes que nada, tú eres el experto en tu tema y producto, lo debes dominar a la perfección y estar listo para cualquier duda que el prospecto pudiera lanzar.
El primer paso es siempre contar una historia, utilizando estos conocimientos que tienes, ya sea hablando en tu propia experiencia o utilizando testimonios, hablar de los beneficios del producto o servicio, no de manera mecánica si no mencionando ejemplos.
Contando historias con las que la persona pueda identificarse, no poniendo el producto o servicio como algo inalcanzable o “que bajó del cielo” y ahora está a tu disposición por tiempo limitado, hay que dejar de ponerle atributos mágicos a productos, esto solamente los aleja de la cotidianidad de la vida diaria, haciendo que la persona lo encuentre innecesario o como algún lujo que “en este momento no puede darse”.
Una buena historia con ejemplos o testimonios hará que lo encuentre atractivo y, por decirlo de alguna forma, alcanzable y a la vez necesario.
2.- ¡Que se lo pruebe!
Quizás si se trata de vender ropa, el “que se lo pruebe ” funcione a la perfección pero si no es tu caso, esto puede referirse a que debes hacer que tu cliente se visualice con tu producto o disfrutando de los beneficios de tu servicio.
Si el punto anterior se trató de decirle todo lo que puede hacer por él, en este tip, lo importante es que se vea usándolo sin siquiera abrir la caja, que de verdad imagine las ventajas que tendrá en su vida y como mejorará, allí entra el vendedor que ya vio los dolores que cura lo que vende y puede de manera sutil y natural ejemplificar estás ventajas en la vida de la persona que tiene enfrente.
No se trata de venderle la ilusión de una vida soñada con lo que le vas a vender, se trata de atacar problemáticas reales que tu producto o servicio solucionará, de nuevo, no le estás vendiendo un producto milagroso sino una solución tangible a su dolor.
3.- Ahora que se lo quite
Después de que le mostraste todo lo bueno que le puede ocurrir al comprar contigo, de que imaginó y se visualizó solucionando sus problemas o dolores con lo que le estás ofreciendo, toca el turno a la parte cruel del proceso, quitárselo.
Recuérdale porqué debe comprar lo que vendes, recalca el problema y hazle saber, no que tu producto es la solución a todos sus males, si no que es el remedio para resolver “ese problema”. Recálcale que si no lo resuelve pronto, a largo plazo se puede hacer más grande, complicado e inclusive más costoso.
Es el momento de crear necesidad, de dar los últimos detalles e inspirarlos a comprar porque ahora el prospecto sabe que si no resuelve ese problema en este instante, si no toma acción y aprovecha esta oportunidad que tú estas ofreciendo las cosas podrían ponerse peores, entonces él mismo inspira ese cierre.
Espero que estos tres consejos te sean de mucha utilidad y recuerda compartirlo con quien creas que lo necesite en redes sociales, también como regalo sorpresa por leer este post tenemos para ti un curso gratuito.
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